No hay duda que el entorno nos afecta e influye en nuestra salud, y en la mayoría de los casos no somos realmente conscientes de hasta qué punto. Diariamente nos llegan energías telúricas (las que emite la tierra procedentes del núcleo de nuestro planeta.), radiaciones solares, contaminación atmosférica, campos eléctricos y electromagnéticos, radiaciones cósmicas (las procedentes del cosmos), etc.; que nos afectan y causan desequilibrios en nuestra salud.
Se sabe que nuestros antepasados eran expertos en el arte de la geobiológica, y vivían en total armonía con su entorno. Es por ello que los lugares más sagrados (monumentos megalíticos, pirámides, templos, catedrales,…) estén situados en zonas con una fuerte actividad telúrica y alta concentración energética. Por desgracia con el paso del tiempo, ese conocimiento se hay perdiendo.
En este artículo os voy a hablar de una de estas energías que recorren la tierra, y que pueden tener importantes consecuencias en nuestra salud sin nosotros saberlo: Las líneas Hartmann.
¿QUÉ SON LAS LÍNEAS HARTMANN?
Las líneas Hartmann son la manifestación física de la interacción de dos tipos de energías: la energía telúrica, y la energía cósmica. Se trata de una red cuadriculada de paredes energéticas invisibles que atraviesan cualquier tipo de material y que cubren toda la superficie terrestre. Van desde el subsuelo hasta varios kilómetros de altura, y están separadas entre sí por 2,5 metros aproximadamente. Tienen una orientación Norte-Sur y Este-Oeste, y una anchura de unos 21cm; aunque estás distancias son orientativas, puesto que tienen variaciones dependiendo de la composición del subsuelo, contaminación electromagnética, latitud, orografía, etc. ; o bien por masas metálicas como la estructura de un edificio, la caldera en un sótano, etc.
En estas líneas suceden una serie de factores distorsionantes, como es una mayor ionización, mayor incidencia de radiación cósmica, mayor presencia de radiaciones gamma, mayor afluencia de neutrones desde el interior de la tierra, mayor presencia microondas, etc.
EL ORIGEN DE LAS LÍNEAS HARTMANN
El nombre de esta red geomagnética se debe al doctor Ernst Hartmann (1925-1992), licenciado en Medicina por la Universidad Alemana de Heidelberg. Hartmann dedicó gran parte de su vida a estudiar la relación entre la radiación telúrica y las enfermedades. Realizó extensas investigaciones sobre la relación entre el suelo, el ser humano y las condiciones climáticas. Durante sus años de práctica de la medicina, Hartmann constató que un alto porcentaje de muertes entre sus pacientes estaba directamente relacionado con geopatías, es decir, con el hecho de haber vivido o permanecido durante largo tiempo en zonas con intensas radiaciones naturales. Para analizar este fenómeno, Hartman realizó más de 150.000 estudios, cuyos resultados confirmaron las diferencias de reacción entre las personas expuestas a alteraciones geofísicas, y los sometidos a zonas neutras.
¿CÓMO NOS AFECTAN LAS LÍNEAS HARTMANN?
Según los estudios las líneas que conforman la red Hartmann no son patógenas, sin embargo en sus cruces hay un aumento del 30% de la radioctividad natural. En estas zonas, o cuando cruzan con campos electromagnéticos o corrientes de agua subterráneas, se forman zonas geopatógenas, es decir, con efectos potencialmente nocivos para la salud si se permanece en ellas durante muchas horas al día.
La estancia frecuente en estas zonas se relaciona con alteraciones en el sistema inmunológico, endocrino y hormonal. Esto puede traducirse en malestares y desequilibrios en la salud física y emocional, tales como cansancio crónico, insomnio, dolores musculares, estados de ansiedad, hiperactividad, nerviosismo o depresión, e incluso un aumento en la incidencia de determinadas enfermedades degenerativas. Según el doctor Hartmann la exposición a una zona geopatógena es responsable del 60% de las enfermedades y del 80% de los casos de cáncer.
Además hoy en día resulta más nociva que antaño, ya que la tierra utiliza también estas líneas para canalizar el excedente de campos electromagnéticos artificiales creadas por el hombre. La masiva contaminación electromagnética artificial de nuestros días es recogida en el subsuelo principalmente por las líneas que forman esta red, y es por eso que cada vez son más peligrosas.
CÓMO DETECTARLAS
Existen varios métodos para determinar el lugar en el que se encuentran estas líneas, así como sus cruces.
Observar a los animales. Los animales tienen un sexto sentido capaz de detectar estas energías de la tierra, y tienden a evitarlas y no descansar en ellas. Si tenemos un sofá en el que cuando estamos en él acabamos cansados o malhumorados, y además nuestra mascota no quiere estar ahí, es muy probable que pase por él una línea hartmann. Si los animales están enjaulados, se puede detectar por estar agresivos, faltos de vitalidad o tristes.
Presencia de insectos. Los insectos sin embargo sí tienen a localizarse en estas zonas, con lo que la presencia continua de insectos, localización de hormigueros, etc. pueden identificar líneas Hartmann.
El estado de las plantas. Si tienes plantas en un mismo lugar, y todas acaban muriendo ahí, es posible que pase por ese lugar una línea hartmann. Las plantas más sensibles son el culantrillo y el perejil en maceta.
Observación de los árboles. Se puede identificar las líneas por la existencia de arbustos o árboles crecen totalmente curvados sin motivo aparente. También por la presencia de fuertes nudosidades o malformaciones, mientras que los ejemplares del entorno inmediato tienen un tronco normal y liso.
Testarlo con utensilios. Algunos utensilios como el péndulo o las varillas, en forma de “L” reaccionan de manera visible cuando nuestro cuerpo atraviesa una zona afectada por ese cambio brusco de la energía. Se trata de una reacción neuromuscular que provoca el movimiento del instrumento.
Técnicas especializadas. Hay técnicas específicas con las que se pueden identificar, como por ejemplo la Radiestesia, y también se puede medir con SAAMA.
Estado de la vivienda. Por ejemplo con humedad ascendente en los muros y de causa desconocida, grietas y fisuras en paredes sin causa aparente, sin hundimiento del terreno, etc.
En las personas. Personas agitadas, sin apetito, con insomnio, dolencias continuas, etc. sin motivo aparente.
CONCLUSIONES
Las líneas Hartmann son unas energías que recorren la tierra y que pueden estar afectando nuestra salud y ánimo sin que nosotros lo sepamos. Es más que recomendable identificarlas en los espacios donde habitamos, y se deberían tener presentes sobre todo para diseñar las estancias donde vamos a pasar la mayor parte del tiempo, como pueden ser las camas, o las zonas de estudio. La importancia de colocar la cama en un lugar sin geopatías es fundamental, dado que en ella pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida, y además mientras dormimos perdemos gran parte de nuestra capacidad de defensa.
Por último comentaros un truco para evitar o neutralizar esta energía en el dormitorio, consiste en usar materiales aislantes como por ejemplo madera, lana o el bambú.